
En mi trabajo de periodista, me es indispensable obtener información objetiva en el menor tiempo posible, preferiblemente que esta sea sustentada por algún acontecimiento; claro tampoco se trata de decir lo evidente, pues en mi caso, debo encontrar la forma de comunicar los hechos bajo una perspectiva critica e interesante.
La Agencia para la cual laboro, resulta ser muy profesional y exigente al momento de trabajar temas, que si bien son de interés público, son olvidados y poco abordados en las agendas mediáticas de los medios impresos de circulación nacional.
Y es que trabajo con temas relacionados a la defensa y promoción de los derechos de la niñez y adolescencia, es decir me enfoco en una población que dista de ser prioritaria para los medios masivos de comunicación.
En fin, en mi corta carrera como periodista, he aprendido mucho acerca de cómo se debe investigar a través de varias fuentes y como se debe confrontar a las mismas; es decir si tengo una fuente oficial (estatales), debo buscar fuentes no oficiales (organizaciones de la sociedad civil), de manera a que exista un correcto balance informativo.
Concua Fagoaga, en su libro Periodismo Interpretativo: “El análisis de la noticia”, afirma que la objetividad periodística no es otra cosa más que un término utópico, pues el reportero siempre, plasma cierta interpretación de los hechos, aunque esta sea de forma inconsciente.
Obvio… el reportero digiere la información, la analiza, la interpreta, la transcribe y la comunica, siempre con una carga ideológica de por medio. Lo que se debe buscar es minimizar esta carga a niveles imperceptibles, para evitar en la medida que sea posible la manipulación y de esta forma balancear la información con fuentes oficiales y no oficiales. (Decir lo que ambas fuentes dicen por separado, de manera de que sea el lector el que decida con cual quedarse)
El dilema es cuando ninguna de ambas fuentes proporciona la información (y créanme que suele pasar), bajo el argumento de que la desconocen o que simplemente no se puede proporcionar…¿Qué hacer? A parte de jalarse el pelo… no mucho en verdad, exponer en el texto que no fue posible obtener esa información… nada más.
Por otro lado un periodista rara vez tendrá la certeza de que fuente es la que proporciona la información más cercana a la verdad, si es que este término en realidad existe en la práctica… yo Creo que no en un cien por ciento, siempre hay por lo menos dos versiones de las cosas… La verdad absoluta no existe… Nadie la conoce, ¿Qué hacer para encontrarla?
Esa responsabilidad trasciende al periodista, es mayor a él… (aunque evidentemente a veces los hechos hablan por si solos y estos determinan que verdad es la más cercana a la realidad, pero aún así…) ¿Será que en realidad hay información que nadie puede proporcionar? ¿Será que existen casos en que ninguna fuente se logra poner de acuerdo? O será que tuve mala suerte, en fin es sólo un dato que NADIE me pudo proporcionar… ¿Qué le digo hoy (dentro de escasas 7 horas) a mi jefa?