miércoles, 6 de junio de 2007

La búsqueda constante de una verdad inexistente…


En mi trabajo de periodista, me es indispensable obtener información objetiva en el menor tiempo posible, preferiblemente que esta sea sustentada por algún acontecimiento; claro tampoco se trata de decir lo evidente, pues en mi caso, debo encontrar la forma de comunicar los hechos bajo una perspectiva critica e interesante.

La Agencia para la cual laboro, resulta ser muy profesional y exigente al momento de trabajar temas, que si bien son de interés público, son olvidados y poco abordados en las agendas mediáticas de los medios impresos de circulación nacional.

Y es que trabajo con temas relacionados a la defensa y promoción de los derechos de la niñez y adolescencia, es decir me enfoco en una población que dista de ser prioritaria para los medios masivos de comunicación.

En fin, en mi corta carrera como periodista, he aprendido mucho acerca de cómo se debe investigar a través de varias fuentes y como se debe confrontar a las mismas; es decir si tengo una fuente oficial (estatales), debo buscar fuentes no oficiales (organizaciones de la sociedad civil), de manera a que exista un correcto balance informativo.

Concua Fagoaga, en su libro Periodismo Interpretativo: “El análisis de la noticia”, afirma que la objetividad periodística no es otra cosa más que un término utópico, pues el reportero siempre, plasma cierta interpretación de los hechos, aunque esta sea de forma inconsciente.

Obvio… el reportero digiere la información, la analiza, la interpreta, la transcribe y la comunica, siempre con una carga ideológica de por medio. Lo que se debe buscar es minimizar esta carga a niveles imperceptibles, para evitar en la medida que sea posible la manipulación y de esta forma balancear la información con fuentes oficiales y no oficiales. (Decir lo que ambas fuentes dicen por separado, de manera de que sea el lector el que decida con cual quedarse)

El dilema es cuando ninguna de ambas fuentes proporciona la información (y créanme que suele pasar), bajo el argumento de que la desconocen o que simplemente no se puede proporcionar…¿Qué hacer? A parte de jalarse el pelo… no mucho en verdad, exponer en el texto que no fue posible obtener esa información… nada más.

Por otro lado un periodista rara vez tendrá la certeza de que fuente es la que proporciona la información más cercana a la verdad, si es que este término en realidad existe en la práctica… yo Creo que no en un cien por ciento, siempre hay por lo menos dos versiones de las cosas… La verdad absoluta no existe… Nadie la conoce, ¿Qué hacer para encontrarla?

Esa responsabilidad trasciende al periodista, es mayor a él… (aunque evidentemente a veces los hechos hablan por si solos y estos determinan que verdad es la más cercana a la realidad, pero aún así…) ¿Será que en realidad hay información que nadie puede proporcionar? ¿Será que existen casos en que ninguna fuente se logra poner de acuerdo? O será que tuve mala suerte, en fin es sólo un dato que NADIE me pudo proporcionar… ¿Qué le digo hoy (dentro de escasas 7 horas) a mi jefa?

lunes, 4 de junio de 2007

Viajar en camioneta...


Una de las aventuras que todo guatemalteco (a) debe vivir al menos una vez, es la única e inigualable experiencia de viajar en camioneta, en ese mugroso, asqueroso y mal oliente transporte urbano nacional.

La crisis del transporte público en nuestro hermoso país es evidente, es un medio inminentemente disfuncional, puesto que a todas luces el mismo no se da a basto; cada día las camionetas, ruleteros y ahora el maldito Transmetro exceden su capacidad límite de pasajeros.

Folclórico a mi así me lo parece, toda una masa anónima anhelando desesperadamente abordar un bus, no importa irse colgado, apretado, manoseado… lo que realmente importa es llegar de una u otra manera al trabajo, contra el reloj, en contra del caótico trafico vehicular, a la espera de la puteada del jefe (a), a la espera de los papeles desordenados del escritorio, el café frío y el estomago vacío.

Lo único que realmente importa es hacer acto de presencia, no importa que después del saludo al superior corras inmediatamente al baño: orinar, cagar, vomitar, secarse el sudor, todo es valido, pues acabas de bajar de un transporte antihigiénico e indigno.

La pregunta del millón debería ser: si llevas la mitad del cuerpo afuera y la mitad adentro, ¿Por qué rechingados te cobran la vara cabal y no sólo los cincuenta len, pero en fin los pilotos sabrán de que forma se financian el impuesto que cobran algunos grupos delictivos, también conocidos como pandillas.

Desde la puerta del bus, observas como el ganado se burla de vos, pues hasta las vacas van más cómodas y si logras subir la gradita, te llevo la chingada, porque la gorda (no tengo nada en contra las gordas, es sólo que prefiero no topármelas en espacios reducidos, por lo demás son simpáticas y casi siempre tienen caras muy bonitas) te aplasta con su trasero.

Para más joder te topas con la delantera de un equipo de fútbol de sexta categoría, que se aferra al tubo de arriba de la camioneta y te suelta un golpe de ala, que te noquea, eso sin obviar al borracho que saca su octavo de guaro y se lo chupa, abre la boca y te embriaga con el aliento.

Una de las cosas que más llama la atención es toparme con la prepotencia de los pilotos y ayudantes (brochas); si eres periodista, médico, abogado, psicólogo, académico, estudiantes… simplemente dejas de serlo, pasas inmediatamente a ser un pinche subordinado (a), de un tipo que maneja como loco e infringe cualquier norma de transito existente sobre la faz de la tierra.

Eres subordinado del pinche brocha que chulea a cualquier señorita, señora… “A ver mamaíta se me va corriendo para atrás porfa… gracias mi reina”… “A ver chavo de la chumpa azul, te corres un cacho porque atrás esta vacío el carro”…

“Ay ay ay, cuidado y se me cae reina”…

Insisto folclórico, místico, mágico, como sacado de una comedia protagonizada, por el grupo aprendiz de teatro sabatino de la Universidad Popular.

Nimodo ahí vamos… corre y va de nuevo, un día más, un bus más o quizás el mismo, con varita en mano y colgados de la camioneta…

Debo admitir que me resulta cómico y anecdótico, pero debe verse como una experiencia de vida enriquecedora, parafraseando al maestro Facundo Cabral… “La vida es aquí y ahora”… y de todo se aprende, de todo se goza, solo insisto debemos aprender a disfrutar de la aparentes insignificancias que envuelven nuestra cotidianidad…

P.D: Nunca falta las personas que hablan entre si como si estuvieran en la sala de su casa… el esposo de la prima de su mejor amiga, tuvo una eyaculación precoz anoche… en fin, nadie te invita a escuchar las conversaciones… nadie te excluye de las mismas…

sábado, 26 de mayo de 2007

La vida es bella...


Contrario a lo que muchos creen, casi de forma inconsciente, la vida es una etapa (quizás la única) que aunque efímera (que son pinches noventa años a comparación de la edad del plante tierra) involucra todos los sentimientos existentes sobre esta faz: es salvaje, apasionada, romántica, triste, feliz, agradable, desagradable y loca.

Lo que la convierte en una exquisita joya, invaluable y autentica. Todo absolutamente todo los sentimientos conllevan el valor intrínseco de la vida, amar es vivir, viajar es vivir, reír es vivir, sufrir y llorar es vivir ¿Qué muerto es capaz de experimentar tales sentimientos? Quizás sólo aquel muerto en vida, pero ese no esta realmente muerto, sólo utiliza escudos para invisibilizar lo sublime de su existencia.

Y es que como dice el refrán: “No hay peor ciego que el que no quiere ver”, sabia, elocuente y acertada frase, pues sólo aquel que se esconde bajo sus lamentos, penas y preocupaciones es incapaz de ver la luz de la vida y el resplandor y calor que esta emana.

Si tan sólo aprendiéramos a disfrutar de la simplicidad de las cosas, no tardaríamos en darnos cuenta, de que indiscutiblemente tenemos ante nosotros un mundo deslumbrante lleno de magia, color y misticismo.

Es bello y placentero respirar pausadamente, suspirar, sentir esa exhalación de aire que acompañada de algún inexplicable sentimiento nos sabe diferente, es bello sentir la gota de rocío caer sobre nuestra humanidad en la aurora primaveral, también es bello sentir las caricias de aquella persona que inexplicablemente nos hace divagar buena parte de nuestro día.

Es bello y sublime sentir el beso de una madre, es bello ver y escuchar la sonrisa de tus amistades, disfrutar de la cotidianidad, de las responsabilidades del trabajo, de las charlas sin sentido dentro de las aulas de clase, es hermoso carcajearse, son bellos los días de frio cuando alguien te abraza, es bello sufrir porque te enseña y te hace más fuerte.

Es bello caer porque el levantón es con más entusiasmo y entrega, es bello escuchar el cantar de los pájaros, es bello y bendito ese sístole y diástole que nos regala vida en cada segundo, en cada latir.

Es bello sentir la espuma del mar entre los pies, escuchar el sonido del agua en movimiento, respirar el olor a tierra mojada de un día cualquiera de junio, en fin la lista es interminabe, pero inicia la descripción.

A veces sólo necesitamos aprender a disfrutar esos pequeños instantes que parecen insignificantes, pues de una serie de insignificancias se compone nuestra existencia y son todas ellas las que la hacen única.

P.D: Animo a todos y todas… animo Dani…animo yaya...

¿Cremas campeones?


No voy ni tengo que negar que soy puro rojo… el equipo de mis amores, por el único que grito y celebro un gol, el equipo del cual me siento parte. Soy capaz de perdonárselos todo, porque son y serán mi equipo.

Casualmente ayer subido en la ruta 203 (en la que regreso del trabajo a mi casa), observe a un chavo, con una playera, fea , vieja y desteñida, en la cual se podía leer Comunicaciones Campeón.

Eso explica el estado de la playera, evidentemente la misma no podía haber sido sacada de una tienda comercial, tampoco pudo ser comprada recientemente en las afueras del estadio, NO…

La pinche playera al menos tenía 4 años de existencia, pues el club Comunicaciones no ha levantado la copa durante ese tiempo y no es para reír (las y los cremas no), en todo caso es para que lloren, porque están fuera de la UNCAF (campeonato centroamericano de clubes) y nadie sabe cuando volverán a levantar la copa, que si bien dista de ser la orejona, es el cetro más preciado que concede nuestro fútbol.

Animo cremitas, algún día volverán a ser campeones…

Guatemaltequismo

Resulta gracioso e imprescindible usar palabras, cuya vulgaridad ofende a muchas personas, pero que después de todo son formas de expresarse...

Como buen guatemaltecos, somos vulgares y morbosos...

Vos pélame la v…

Me pela la …

El brocha... (ayudante del piloto de camioneta)


Shshshshsshshshshs hagamos el sexo nena por que el amor no existe….

jueves, 17 de mayo de 2007

Evangelización práctica


Desde que tengo memoria he ido a misa los domingos, visitado iglesias, admirado la arquitectura religiosa, admirado el arte efímero de las alfombras y por supuesto he amado las manifestaciones externas de fe que se realizan en mi país durante la Cuaresma y Semana Santa Pero como me dijo un sacerdote una vez, cuando me encontraba realizando un reportaje de la Cuaresma, todos esos actos piadosos deben conducir a la verdadera conversión y deben estar acompañados de los actos litúrgicos. Sin el afán de ser cachureco… porque no lo soy, creo firmemente en la bondad de los pueblos, independientemente que profesen una religión, puesto que el Dios de muchos podrá ser la Ciencia, mientras para otros será la Solidaridad, la Honestidad, la misericordia, la compasión… en fin… El gremio al que pertenezco (el de los cucuruchos) ha sido señalado durante muchos años, por ser indiferente, por ser superficial, payaso, idolatra, en fin… de muchas otras cosas… Lo que las personas no comprenden es que los cucuruchos están muy lejos de ser santos: pecan, odian, lloran, sufren, insultan golpean y lastiman, como cualquier otro ser humano; pero esos 10 minutos de oración en cada turno, sólo alguien que carga los podrá experimentar. El punto es que estoy plenamente consciente de que con cargar si bien no le hago daño a nadie, tampoco le hago bien, por lo que resulta ser una expresión externa de fe y sólo eso… NADA MÁS, pero como cristiano creyente que me considero estoy consciente de que Dios espera mucho más de mi. El quiere que devuelva un poco de lo mucho que me regala cada día, quiere que regale sonrisas y amor… “Lo que hagáis al más pequeño de mis hijos a mi me lo haréis, dijo Jesús. Esto nos exhorta a servir a Dios a través del prójimo a evangelizarlo pero no sólo a través de la palabra, sino a través de las obras. Por eso es que un grupo de cucuruchos y yo, organizamos una visita al Hospital San Juan de Dios, el próximo sábado, buscamos regalar sonrisas en el área de pediatría de dicho nosocomio, buscamos entregar amor y brindar calor a aquel que no lo tiene, a eso nos invita Cristo Jesús… Dejemos el egoísmo por un lado y sirvamos a Cristo a través del necesitado, recordemos la parábola del buen samaritano. Para los que se quieran apuntar… Bienvenidos y bienvenidas