El olor a incienso invade nuevamente los rincones de la Guatemala de ayer de hoy y de siempre, alfombras a base de aserrín, pino, flores y corozo, adornan las calles de esta urbe, la cual ha esperado pacientemente para ver pasar nuevamente a nuestras bellas imágenes de pasión durante sus recorridos procesionales.
La Cuaresma y Semana Santa en Guatemala, evoca un sin fin de sentimientos, todos estos imposibles de explicar, las notas tristes de un pentagrama convertidas en un dulce lamento melódico y armónico, acompañan a nuestras imágenes durante su trayecto.
Estoy convencido que no hay época más hermosa que la Cuaresma y Semana Santa, las jacarandas visten de morado penitente a la ciudad, la fe y devoción están a flor de piel.
La comida tradicional de la época es sencillamente exquisita. Ayer deambulando por las calles y avenidas de mi bella y amada Guatemala, fui a comer al Portón Santo Domingo, un lugar donde se come la mejor comida de la época, dicho sitio abre únicamente para esta época del año, la afluencia de gente es masiva, debido a la calidad de servicio que este lugar ofrece.
En fin la emoción que ocasiona en las y los guatemaltecos la llegada de la Cuaresma, sencillamente no se puede explicar, al menos no con palabras y eso que estoy convencido que el castellano es un idioma bastante rico…
Las y los invito a disfrutar de la magia y el misticismo de esta maravillosa época del año, llena de devoción, penitencia, amor y sabor…