viernes, 29 de junio de 2007

La inmortalidad...


Aunque parezca un término incoherente y utópico; yo creo en la inmortalidad como tal, y creo que trasciende a la vida material, va más allá; y es que somos polvo que camina, vive, respira, sueña, sufre y ríe, somos polvo que deambula por las calles, por las casas, universidades, oficinas… en fin, no somos más que potenciales cenizas en constante e implacable proceso de extinción.

Milan Kundera en su libro titulado como esta entrada, habla de lo pretencioso de este término, el cual puede ser alcanzado por las personas a través su autorrealización…

La obra de alguien puede ser un legado que trasciende décadas, siglos incluso milenios, quién se atreve a decir que un Che Guevara esta muero o Mozart o Lennon; simplemente alcanzaron como muy pocos la inmortalidad.

Yo debo confesar que por mucho tiempo quise ser parte de ese selecto grupo, me apasionaba saber que las personas me iban a recordar por algúna acción que hiciera o un libro que escribiera en fin no sé…por cualquier cosa.

Con el tiempo pude notar que dicha pretensión podría no llegar nunca, también comprendí que la misma era egocéntrica y absurda y sólo demostraba mi falta de preparación para hacer cosas que realmente son trascendentales…

Recientemente escribí en mi blog una entrada que expresa mi temor acerca de una molestia en mi corazón (léase dolores del corazón); donde varios amigos manifestaron su preocupación, su solidaridad y por ende su cariño.

Me di cuenta que la trascendencia con la que había soñado estaba y que se presenciaba en amigos cercanos, para los cuales en verdad importo, lo cual resulta mucho mejor que ser trascendente para toda una masa anónima que nunca me conoció ni conocerá.

En fin, quizás no seré un inmortal pero si viviré en la memoria de aquellos que me conocen, que me aprecian por lo que soy, por mis demencias, rabias, alegrías, llantos en fin por lo que inevitablemente soy…

Gracias a todos por sus muestras de solidaridad…


miércoles, 27 de junio de 2007

Los males del corazón...


Es común escuchar a las personas decir: me rompieron el corazón, me duele el corazón, es que tengo un mal del corazón; ya estamos acostumbrados a esas frasecillas trilladas, características de los salones de clase de las secundarias.

Durante febrero de cada año, los medios masivos, almacenes y centros comerciales, nos bombardean con toda esa cursilería (no estoy en contra de ello, quien sea feliz así… bien por el o por ella).

Y es que el corazón (que por cierto no tiene forma de corazón), ha sido una figura utilizada para representar los males sentimentales; el amor por ejemplo, esta asociado al corazón, por lo que, ya no nos cuestionamos el por qué de esta asociación, simplemente la reconocemos como una verdad absoluta.

En lo personal, no simpatizo con tal asociación, más bien me resulta absurda y aunque a veces me es indiferente, otras veces me parece tan ridícula, que no puedo evitar carcajearme por dentro cuando escucho a alguien asociar el corazón, con el amor o con otros sentimientos similares.

Sin embargo bien dice el dicho: “A todo coche le llega su sábado” y sin el afán de ser trillado y cursi debo reconocer, que esta vez: “Si me duele el corazón”, el dolor se ha llegado a intensificar en los últimos días, y ahora creo que pago mis irónicas carcajadas.

En fin es algo que me mantiene incomodo y pensativo una buena parte del día, pues aunque trato de ser valiente, me resulta imposible esquivar tal dolor…¿Las causas del dolor????? Es difícil conocerlas y para hacerles honestos (a las dos o tres personas que lean esta entrada), me gustaría que las mismas fueran de carácter sentimental, pero no lo son.

Y es que me duele el corazón, pero el que palpita a más de 70 pulsaciones por minuto, el corazón que tiene sístole y diástole, el que se ubica a mi lado izquierdo justo arriba de las costillas.

En fin… el electrocardiograma que me hice ayer, muestra ciertas anormalidades (yo en lo personal las desconozco), pero los médicos aseguran que para obtener un diagnostico certero, es necesario someterme a más estudios.

En fin… soy un hombre de fe y espero en Dios que no sea nada serio, pero eso si me reventaría como no tienen idea, el hecho de que a mis pinches 23 añitos, tuviese que dejar de hacer cosas que me gustan; como ir a canopy, jugar fútbol, beber, fumar (de vez en cuando), etc, y es que a lo largo de mi vida, sobre todo en mi niñez tuve que privarme de muchas cosas por razones de salud, lo que no me fue fácil (pero esa es otra historia) y ahora que soy adulto, no quiero continuar con esa serie de privaciones.

En fin, me quita un poco el sueño esta situación, pero habrá que esperar, lo cierto es que el dolor se hace cada vez más frecuente, pero no sé si exista algo de sugestión por ahí.

sábado, 23 de junio de 2007

Gracias Honduras…


No cabe duda que el fútbol es un deporte que mueve a las masas, llena a las personas de emociones y pasiones, es el circo romano contemporáneo de la humanidad…
Aunque a veces me resulta cómico, torpe y masoquista, no puedo dejar de ver a la Selección Nacional, que no es nada más que un grupo de deportistas mediocres, a los cuales les corre horchata por las venas… se les ve jugar mal a veces peor, pero en fin es la única selección a la cual puedo apoyar.


Sin embargo el otro día en un restaurante capitalino, me tope con otro juego: Un equipo del área centroamericana, Honduras, se enfrentó al supuesto gigante de la CONCACAF, la gran selección mundialista mexicana.


Un juego el cual se pensaba que sería una victoria fácil para la selección mexicana inició, pero transcurridos los minutos, se evidenció la impotencia del seudo gigante de la región. Como es habitual en los guatemaltecos (y yo no soy la excepción), las personas se inclinaban a apoyar por la selección centroamericana.


Una inocentada de un hondureño, hizo que el arbitro marcará un penal a favor de México, el cual fue ejecutado por un jugador de esa selección, en fin el juego se puso 1-0 a favor de la selección norteamericana.


La sorpresa sería que el partido fue todo el tiempo de Honduras, jugadas rápidas, llegadas, desbordes por las bandas, en fin… un verdadero baile para la gran selección mexicana, yo observaba impresionado, lo bien que jugaban los centroamericanos y los apoyaba más por una cuestión territorial que por otra cosa.


Sobre el final del juego, después de que Honduras empató, el equipo anotó el segundo y decisivo gol, lo cual le dio la victoria a Honduras… ¡Salud por eso!


Me gusta México y me caen bien los mexicanos, el ciudadano común es amable y excelente anfitrión, por lo que tampoco me alegre de la derrota de los norteamericanos más de la cuenta…
Hasta que por curiosidad, casi morbo, puse un canal mexicano y observe como se referían al fútbol del área… lo calificaron de mediocre, de ser el peor del mundo y les indignaba haber perdido contra un equipo de Centro América… (habían perdidos pero su ego y soberbia no les permitía ver la realidad, NO SON TAN BUENOS COMO CREEN)


Tiempo atrás escuche a Hugo Sánchez (técnico mexicano), decir que el problema de México es que jugaba en una zona poco competitiva, donde no tenía rival y por ello no mejoraba su nivel… quedó más que demostrado que México debe continuar fogueándose con equipos centroamericanos, “malos” para adquirir la suficiente práctica para enfrentarse a rivales grandes.


Es mejor que aprenda con un Honduras que lo derrota 2 a 1, que con una súper potencia que le daría una súper goleada… en fin fue hasta que escuche a los comentaristas mexicanos cuando en verdad disfrute la victoria hondureña… Gracias Honduras por eso.


El partido México contra Panamá, fue ganado mediocremente por el primero 1 a 0, más por casualidad que por otra cosa, después le ganaron a Costa Rica por el mismo marcador y a Guadalupe igual, … pero el fútbol es así, no siempre gana quien merece…


Al parecer la copa fue diseñada para que México y EE.UU llegaran a la final, este último eqipo derroto polemicamente a Canada y los mexicanos vencieron a los ticos porque terminaron jugando con 8 hombres

miércoles, 6 de junio de 2007

La búsqueda constante de una verdad inexistente…


En mi trabajo de periodista, me es indispensable obtener información objetiva en el menor tiempo posible, preferiblemente que esta sea sustentada por algún acontecimiento; claro tampoco se trata de decir lo evidente, pues en mi caso, debo encontrar la forma de comunicar los hechos bajo una perspectiva critica e interesante.

La Agencia para la cual laboro, resulta ser muy profesional y exigente al momento de trabajar temas, que si bien son de interés público, son olvidados y poco abordados en las agendas mediáticas de los medios impresos de circulación nacional.

Y es que trabajo con temas relacionados a la defensa y promoción de los derechos de la niñez y adolescencia, es decir me enfoco en una población que dista de ser prioritaria para los medios masivos de comunicación.

En fin, en mi corta carrera como periodista, he aprendido mucho acerca de cómo se debe investigar a través de varias fuentes y como se debe confrontar a las mismas; es decir si tengo una fuente oficial (estatales), debo buscar fuentes no oficiales (organizaciones de la sociedad civil), de manera a que exista un correcto balance informativo.

Concua Fagoaga, en su libro Periodismo Interpretativo: “El análisis de la noticia”, afirma que la objetividad periodística no es otra cosa más que un término utópico, pues el reportero siempre, plasma cierta interpretación de los hechos, aunque esta sea de forma inconsciente.

Obvio… el reportero digiere la información, la analiza, la interpreta, la transcribe y la comunica, siempre con una carga ideológica de por medio. Lo que se debe buscar es minimizar esta carga a niveles imperceptibles, para evitar en la medida que sea posible la manipulación y de esta forma balancear la información con fuentes oficiales y no oficiales. (Decir lo que ambas fuentes dicen por separado, de manera de que sea el lector el que decida con cual quedarse)

El dilema es cuando ninguna de ambas fuentes proporciona la información (y créanme que suele pasar), bajo el argumento de que la desconocen o que simplemente no se puede proporcionar…¿Qué hacer? A parte de jalarse el pelo… no mucho en verdad, exponer en el texto que no fue posible obtener esa información… nada más.

Por otro lado un periodista rara vez tendrá la certeza de que fuente es la que proporciona la información más cercana a la verdad, si es que este término en realidad existe en la práctica… yo Creo que no en un cien por ciento, siempre hay por lo menos dos versiones de las cosas… La verdad absoluta no existe… Nadie la conoce, ¿Qué hacer para encontrarla?

Esa responsabilidad trasciende al periodista, es mayor a él… (aunque evidentemente a veces los hechos hablan por si solos y estos determinan que verdad es la más cercana a la realidad, pero aún así…) ¿Será que en realidad hay información que nadie puede proporcionar? ¿Será que existen casos en que ninguna fuente se logra poner de acuerdo? O será que tuve mala suerte, en fin es sólo un dato que NADIE me pudo proporcionar… ¿Qué le digo hoy (dentro de escasas 7 horas) a mi jefa?

lunes, 4 de junio de 2007

Viajar en camioneta...


Una de las aventuras que todo guatemalteco (a) debe vivir al menos una vez, es la única e inigualable experiencia de viajar en camioneta, en ese mugroso, asqueroso y mal oliente transporte urbano nacional.

La crisis del transporte público en nuestro hermoso país es evidente, es un medio inminentemente disfuncional, puesto que a todas luces el mismo no se da a basto; cada día las camionetas, ruleteros y ahora el maldito Transmetro exceden su capacidad límite de pasajeros.

Folclórico a mi así me lo parece, toda una masa anónima anhelando desesperadamente abordar un bus, no importa irse colgado, apretado, manoseado… lo que realmente importa es llegar de una u otra manera al trabajo, contra el reloj, en contra del caótico trafico vehicular, a la espera de la puteada del jefe (a), a la espera de los papeles desordenados del escritorio, el café frío y el estomago vacío.

Lo único que realmente importa es hacer acto de presencia, no importa que después del saludo al superior corras inmediatamente al baño: orinar, cagar, vomitar, secarse el sudor, todo es valido, pues acabas de bajar de un transporte antihigiénico e indigno.

La pregunta del millón debería ser: si llevas la mitad del cuerpo afuera y la mitad adentro, ¿Por qué rechingados te cobran la vara cabal y no sólo los cincuenta len, pero en fin los pilotos sabrán de que forma se financian el impuesto que cobran algunos grupos delictivos, también conocidos como pandillas.

Desde la puerta del bus, observas como el ganado se burla de vos, pues hasta las vacas van más cómodas y si logras subir la gradita, te llevo la chingada, porque la gorda (no tengo nada en contra las gordas, es sólo que prefiero no topármelas en espacios reducidos, por lo demás son simpáticas y casi siempre tienen caras muy bonitas) te aplasta con su trasero.

Para más joder te topas con la delantera de un equipo de fútbol de sexta categoría, que se aferra al tubo de arriba de la camioneta y te suelta un golpe de ala, que te noquea, eso sin obviar al borracho que saca su octavo de guaro y se lo chupa, abre la boca y te embriaga con el aliento.

Una de las cosas que más llama la atención es toparme con la prepotencia de los pilotos y ayudantes (brochas); si eres periodista, médico, abogado, psicólogo, académico, estudiantes… simplemente dejas de serlo, pasas inmediatamente a ser un pinche subordinado (a), de un tipo que maneja como loco e infringe cualquier norma de transito existente sobre la faz de la tierra.

Eres subordinado del pinche brocha que chulea a cualquier señorita, señora… “A ver mamaíta se me va corriendo para atrás porfa… gracias mi reina”… “A ver chavo de la chumpa azul, te corres un cacho porque atrás esta vacío el carro”…

“Ay ay ay, cuidado y se me cae reina”…

Insisto folclórico, místico, mágico, como sacado de una comedia protagonizada, por el grupo aprendiz de teatro sabatino de la Universidad Popular.

Nimodo ahí vamos… corre y va de nuevo, un día más, un bus más o quizás el mismo, con varita en mano y colgados de la camioneta…

Debo admitir que me resulta cómico y anecdótico, pero debe verse como una experiencia de vida enriquecedora, parafraseando al maestro Facundo Cabral… “La vida es aquí y ahora”… y de todo se aprende, de todo se goza, solo insisto debemos aprender a disfrutar de la aparentes insignificancias que envuelven nuestra cotidianidad…

P.D: Nunca falta las personas que hablan entre si como si estuvieran en la sala de su casa… el esposo de la prima de su mejor amiga, tuvo una eyaculación precoz anoche… en fin, nadie te invita a escuchar las conversaciones… nadie te excluye de las mismas…