martes, 21 de julio de 2009

Viaje revitalizador...


Tras una semana convulsa, cambiar de clima no sólo resulta útil y necesario sino además revitalizador. Atrás quedo el acto circense protagonizado por unos diputados en el pleno del Congreso de la República y la elección de postulantes para integrar una Comisión de Postulación que designará a candidatos para que ocupen las 13 magistraturas de la Corte Suprema de Justicia (CSJ). En el pasado quedó esa cotidianidad que fatiga y cansa.

Sin mayor planificación mi hermano, me propuso un viaje dominical. Subir el volcán de Pacaya, lo cual resultó una tarea ardua, pero que nos dejó un dulce sabor de boca.
Invitó a una nueva amiga. Hablo de la intrépida TICA (no pongo nombres en este espacio virtual).

Se trata de una chica costarricense dulce y muy simpática. Vivirá un mes más en Guatemala mientras supervisa unos proyectos para una empresa transnacional.

Habían pasado cinco minutos y la sonrisa elocuente y sincera de mi nueva amiga, me resultó en extremo familiar. Su mal pronunciación de la R, sus planes y proyectos de vida me resultaron cercanos como si tuviese ya algún tiempo de conocerle. Una chica sin complicaciones (cero bolas), con espíritu aventurero, dispuesta a desafiar las rocas volcánicas del Pacaya. De aquellas personas que es grato conocer.

Más de una vez caímos y nos raspamos, innumerables fueron las veces que tuvimos que detenernos a descansar, muchos fueron los doblones de tobillos, dos fueron las bolsas de agua perdidas y hasta estuvimos apunto de perder una maravillosa gorra.

El viaje estuvo plagado de momentos memorables, tertulias amenas y un paisaje único en su género. El ocaso fue inspirador, las nubes rojizas y la puesta del sol en el imponente volcán en mención son sólo parte de aquel sublime momento. Los ríos de lava, impresionantes, la fumarolas increíbles… en fin tardaría años en terminar la descripción y sólo pretendo que está entrada sea breve y amena, casi tan amena como el momento vivido el domingo, pero creo que eso resultará imposible.

El viaje se tornó más emocionante cuando sin linterna descendimos los últimos metros ya entrada la noche. Esa misma que nos envolvió con su misticismo y magia. Terminamos la velada con una rica cena italiana en un restaurante ubicado en la ciudad de las perpetuas rosas (Antigua Guatemala). Y así concluyó un viaje inesperado pero revitalizador.

La promesa: VOLVER…
Linda tarde y se la debo a mi hermano y a la TICA… Nueva amiga te veo el jueves y estoy seguro que será otra linda experiencia. Un abrazo.

PD: Espero con ansias las fotos…

2 comentarios:

Fernando dijo...

no cabe duda todo se revitaliza cuando te das cuenta que aún podes vivir, platicar, subir volcanes , conocer gente nueva

Unknown dijo...

Ve pues... dichosa la amiga Tica que es protagonista de un tema en su blog... no que no... MUA un besito negrito.