lunes, 2 de julio de 2012

Acerca de la victoria de España y la injustificable euforia de algunos guatemaltecos


Naturalmente España vivió una auténtica fiesta ayer. Y no es para menos, logró revalidar su corona europea, ante una desfigurada Italia. En Madrid hubo una fiesta la cual era de esperarse y está por demás justificada. Donde no hay nada que celebrar es en mi amada Guatemala, donde lamentablemente los ciudadanos de mi gran país, que lo es aunque la mayoría de chapines lo ignoren, se creen españoles y suelen ondear banderas ajenas.


Con indignación he leído en redes sociales y estados de Blackberry, como guatemaltecos se sienten "más españoles que nunca". Curiosamente la gran mayoría de esos chapines carentes de total identidad, JAMÁS conocerán España o apenas aspirarán a hacer una visita turística de tres o cuatro días por España, un país sin duda hermoso, pero que en lo humano puede dejar mucho que desear.


Claro que hay españoles buenos, por supuesto, a su fría y particular forma de serlo. Hay españoles amables y con actitud de servicio, eso es indudable, pero ninguno de ellos ondeara la bandera azul y blanco, y ninguno de ellos celebrará NUNCA un triunfo que no sea el propio. Lo cual bajo mi óptica es comprensible y normal.
También hay españoles que te ven por debajo del hombro, te discriminan, se sienten mejores que vos, porque vienes del "tercer mundo". Lo cierto es que para la gran mayoría no existe Guatemala, desconocen de su ubicación geográfica y todas nuestras maravillosas costumbres.


Mi pregunta es ¿Por qué los guatemaltecos tenemos que celebrar los triunfos ajenos y ondear la bandera de un país para el cual NO existimos? Urge inyectar a los guatemaltecos una dosis de identidad.

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