sábado, 25 de agosto de 2007

A la orilla de la carretera, la justicia espera... y seguira esperando

Ayer, en Casa Artesana zona 1, fui a ver el documental, “kilómetro 207”, un trabajo que relata la verdad acerca de lo ocurrido aquel 31 de agosto de 2004, en la Finca Nueva Linda, ubicada en el departamento de Retalhuleu donde cientos de campesinos fueron desalojados violentamente por las fuerzas de seguridad, con un saldo de 10 muertos, entre agentes de la policía (3) y trabajadores del campo (10).

A casi tres años de aquel sangriento y deleznable hecho, que desgraciadamente nos hace voltear una vez más a las páginas negras y macabras de aquel pasado oscuro, que dejo como saldo, miles de guatemaltecas y guatemaltecos desaparecidos, líderes estudiantiles muertos, niñez huérfana y madres viudas, poco o nada se ha logrado esclarecer de aquellos hechos.

A tan sólo ocho años de la firma del acuerdo de paz firme y duradera (no olvidemos que el hecho ocurrió en 2004), el estado guatemalteco demostró, su irresponsabilidad, su prepotencia, evidenciando que en nuestro país, aún se continua respirando aires de impunidad y violencia de estado.

El presidente de la República quien ahora me resulta innombrable, declaró a la prensa nacional que, los elementos de seguridad no habían utilizado armas de fuego y que los responsables eran los campesinos quienes formaban parte, del crimen organizado; vaya estúpidas palabras las del finquero, quien en su discurso de toma de posesión, habló de la construcción de un país con justicia, equidad y sin impunidad, JAJAJA.

Hasta reír me resulta difícil, cuando las lágrimas pueden más que la sonrisa, porque los hechos de aquel 31 de agosto duelen y lastiman…

¿Por qué???? Sencillamente que el mismo tipo al que aludo dos párrafos atrás, dijo que no permitiría que se vulnerara la propiedad privada, me pregunto si la misma cuesta 10 vidas humanas… Claro para el finquero seguramente costarán menos.

Por lo que había que tomar acciones severas en contra de esos campesinos, guerrilleros, ladrones, usurpadores, sin importar que estos perdieran la vida.

Claro que aquellos campesinos no estaban usurpando una finca que no era de su propiedad, por el simple placer de invadir; no, para nada, ellos y ellas, mujeres y hombres trabajadores del campo, de sol a sol, ocuparon la finca como muestra de solidaridad hacia la familia Reyes, pues Héctor Reyes, administrador de la Finca Nueva Linda, había sido secuestrado y desaparecido forzosamente un mes antes.

Las y los campesinos exigían justicia y que se esclareciera el caso, obviamente las autoridades negaron los sucedido y dijeron que Héctor Reyes había emigrado voluntariamente hacia Estados Unidos, donde jamás fue encontrado.

Lo cierto del caso es que Héctor jamás apareció… y tal desalojo, costo vidas, las autoridades, quienes actuaron autoritariamente, nunca han reconocido su culpa e insisten en que la violencia fue iniciada por las y los ocupadores de la finca.

Muchas pistas fueron desaparecidas y el caso ha sido olvidado por el MP.

Mientras tanto familiares de Héctor Reyes, continúan viviendo a la orilla de la carretera a la altura del kilómetro 207 a inmediaciones de la Finca Nueva Linda, donde seguirán exigiendo justicia, la cual desafortunadamente, no llegará.

Meses después de la masacre la finca Nueva Linda, fue comprada por un terrateniente español, quien esporádicamente la visita en su helicóptero.

La prensa local aquel día, también fue víctima de agresiones, cuando les arrebataron las cámaras y los golpearon, por captar momentos en donde las fuerzas oscuras de seguridad nacional golpeaban a las y los campesinos…

Desafortunadamente los medios masivos, fueron poco o nada solidarios con sus colaboradores y no tomaron acciones legales en contra de estos agentes, ni siquiera se pronunciaron, a través de sus editoriales, simplemente prefirieron callar, demostrando que las y los reporteros son únicamente peones y que no cuentan con un real apoyo de sus medios.

P.d: Por favor mucha, no votemos por esa derecha autoritaria que apesta, esa derecha prepotente, esa que mata extrajudicialmente a las y los guatemaltecos, esa derecha que apela a la limpieza social… no votemos por esos criminales de cuello blanco.


sábado, 11 de agosto de 2007

Aquel jueves… cuando el sol dejo de salir


Aún lo recuerdo, como si hubiese sido ayer, lamentablemente hay acontecimientos en la vida, que son imposibles de olvidar.

La vida es así… un conjunto de acontecimientos y sentimientos que envuelven nuestra cotidianidad, a veces son hermosos y dulces, otras veces tristes, negros y amargos.

Aquel jueves fue amargo, sombrío, escalofriante y gélido; y es que aquella persona, por no decir aquella luz, que siempre había alumbrado mi insignificante existencia, se esfumó y para siempre.

Dejo un vacío el cual doce años después no ha sido llenado; no recuerdo cuales fueron las últimas palabras que me dirigió, aún en pleno estado de conciencia, pero si recuerdo la última vez que tome su mano, era fría, inerte, sin movimiento, era la mano de una mujer de cuatro décadas muerta.

Esa mujer era mi madre, y es que todavía mi voz se escucha temblorosa cuando hablo de ella, aún la recuerdo tendida sobre aquella cama con aquel vestido color blanco pureza, el mismo qué años atrás había utilizado para la graduación de mi padre, ese mismo que se llevaría a la tumba.

Su pasión estaba extinta, su mirada extraviada, su alma… sólo Dios misericordioso e infinito sabrá que paso con ella; lo cierto es que el calor que emanaba su presencia iluminadora, había desaparecido; ese día pasadas las 16 horas, en aquel cuarto al verla muerta, tan muerta, que el recuerdo de su imagen me resulta desgarrador, una nube gris se postró en medio de los dos y aquel adiós ya no se pronunció y los te quieros y los te amos no fueron más que dolorosos silencios emitidos en donde nadie, ni siquiera yo los pudo escuchar…

Aún la amo, como si nunca hubiese muerto, cómo si todavía escuchase su voz todos los días, quizás eso es de la cosas que más duele de la perdida de un ser amado, acostumbrarse a que aquella palabra, aquella sonrisa, aquellas caricias, aquella vos y toda la esencia de esa persona, ya no volverá más… y es que se debe entender que todo absolutamente todo desapareció para siempre y vivirá únicamente e intangiblemente en el recuerdo.

Eso es lo que todavía a veces me duele, esto es para vos madre de mía, luz de mi vida, esencia perfumada que iluminó mi existencia… Te amaré hoy y siempre. Y será hasta pronto, cuando el creador decida que es momento de juntarnos.

P:D: perdón por la ausencia en este blog, pero estuve hospitalizado, y no he tenido tiempo de escribir, gracias a Dios ya estoy mejor, escribiré con detalle posteriormente.