Durante 24 años este día pasó inadvertido para mí, una fecha
más que tachar en el calendario, 3,600 segundos para vivir. Hace 3 años, cuando justo usted llegaba a un cuarto
de década de vida, ese escenario de indiferencia cambió y aunque aún en un
contexto de amistad, supe que el 24 de julio sería una fecha que difícilmente podría
olvidar.
Hoy elevó una oración al cielo por su existencia y agradezco
a su mami el milagro tan perfecto que concibió hace ya 28 primaveras,
veintiocho años de iluminar el mundo, de pintar con cada sonrisa paisajes
multicolores, veintiocho años de ver el universo con su particular pasión, de ser
querida por todos, porque “todos quieren a la Su…”.
Gracias porque hoy abrirá los ojos y le volverá a regalar a mi vida, esperanza, sentido,
color y humor, gracias por pintarme la vida de colores, por ser y por estar a
mi lado. Porque pese a mis defectos y errores, que son muchos, usted le apostó
a estar junto a mí.
Gracias por colmarme de tantas bendiciones, sencillamente
gracias por existir. No es todo lo que pienso y siento, pero inician una
infinita descripción. La amo y ojala pueda perderme en su mirada, ojala cada
mañana me despierte con su aliento, escuché su sonrisa y tenga la certeza de
que soy un hombre feliz, porque estoy a lado de la mujer correcta. Disfrute su
cumpleaños y discúlpeme por mi involuntaria ausencia.
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