
A casi tres años de aquel sangriento y deleznable hecho, que desgraciadamente nos hace voltear una vez más a las páginas negras y macabras de aquel pasado oscuro, que dejo como saldo, miles de guatemaltecas y guatemaltecos desaparecidos, líderes estudiantiles muertos, niñez huérfana y madres viudas, poco o nada se ha logrado esclarecer de aquellos hechos.
A tan sólo ocho años de la firma del acuerdo de paz firme y duradera (no olvidemos que el hecho ocurrió en 2004), el estado guatemalteco demostró, su irresponsabilidad, su prepotencia, evidenciando que en nuestro país, aún se continua respirando aires de impunidad y violencia de estado.
El presidente de la República quien ahora me resulta innombrable, declaró a la prensa nacional que, los elementos de seguridad no habían utilizado armas de fuego y que los responsables eran los campesinos quienes formaban parte, del crimen organizado; vaya estúpidas palabras las del finquero, quien en su discurso de toma de posesión, habló de la construcción de un país con justicia, equidad y sin impunidad, JAJAJA.
Hasta reír me resulta difícil, cuando las lágrimas pueden más que la sonrisa, porque los hechos de aquel 31 de agosto duelen y lastiman…
¿Por qué???? Sencillamente que el mismo tipo al que aludo dos párrafos atrás, dijo que no permitiría que se vulnerara la propiedad privada, me pregunto si la misma cuesta 10 vidas humanas… Claro para el finquero seguramente costarán menos.
Por lo que había que tomar acciones severas en contra de esos campesinos, guerrilleros, ladrones, usurpadores, sin importar que estos perdieran la vida.
Claro que aquellos campesinos no estaban usurpando una finca que no era de su propiedad, por el simple placer de invadir; no, para nada, ellos y ellas, mujeres y hombres trabajadores del campo, de sol a sol, ocuparon la finca como muestra de solidaridad hacia la familia Reyes, pues Héctor Reyes, administrador de la Finca Nueva Linda, había sido secuestrado y desaparecido forzosamente un mes antes.
Las y los campesinos exigían justicia y que se esclareciera el caso, obviamente las autoridades negaron los sucedido y dijeron que Héctor Reyes había emigrado voluntariamente hacia Estados Unidos, donde jamás fue encontrado.
Lo cierto del caso es que Héctor jamás apareció… y tal desalojo, costo vidas, las autoridades, quienes actuaron autoritariamente, nunca han reconocido su culpa e insisten en que la violencia fue iniciada por las y los ocupadores de la finca.
Muchas pistas fueron desaparecidas y el caso ha sido olvidado por el MP.
Mientras tanto familiares de Héctor Reyes, continúan viviendo a la orilla de la carretera a la altura del kilómetro 207 a inmediaciones de la Finca Nueva Linda, donde seguirán exigiendo justicia, la cual desafortunadamente, no llegará.
Meses después de la masacre la finca Nueva Linda, fue comprada por un terrateniente español, quien esporádicamente la visita en su helicóptero.
La prensa local aquel día, también fue víctima de agresiones, cuando les arrebataron las cámaras y los golpearon, por captar momentos en donde las fuerzas oscuras de seguridad nacional golpeaban a las y los campesinos…
Desafortunadamente los medios masivos, fueron poco o nada solidarios con sus colaboradores y no tomaron acciones legales en contra de estos agentes, ni siquiera se pronunciaron, a través de sus editoriales, simplemente prefirieron callar, demostrando que las y los reporteros son únicamente peones y que no cuentan con un real apoyo de sus medios.
P.d: Por favor mucha, no votemos por esa derecha autoritaria que apesta, esa derecha prepotente, esa que mata extrajudicialmente a las y los guatemaltecos, esa derecha que apela a la limpieza social… no votemos por esos criminales de cuello blanco.